A 4 años del fusilamiento de David y Javier
¡Presentes!
Para pasar más rápido entre el grupo de jóvenes, el policía no dudó en tirarles encima su auto último modelo. Ante el reclamo de los chicos, el capitán se bajó del auto pistola en mano. Mató por la espalda a David y Javier, e hirió, también por la espalda, a Marcelo Luques, hermano de Javier. Al terminar, sacó el cuerpo de uno de los chicos que había caído sobre el capot y, con total frialdad, subió al auto y se fue.
Hoy se cumplen 4 años. En el momento los medios describieron el hecho como“dos pirañas abatidos por un justiciero”, reproduciendo así el libreto policial que plantea una escena de robo para borrar la verdad y encubrir un caso de gatillo fácil, para sostener la legitimidad de la represión, para dejarlos sin historia, para enterrar su memoria junto a sus cuerpos.
Pero no pudieron: familiares y amigos junto a organizaciones sociales, dieron la pelea por contar la historia como fue y señalar a su asesino. Convirtieron el dolor en combustible para la lucha, y comenzaron un largo camino. Una lucha coherente y consecuente que logró arrancarle a la justicia 21 años de prisión para el capitán Veysandaz por dos homicidios consumados y uno tentado. Durante las tres largas jornadas del juicio en la puerta de los tribunales retumbaron los bombos y cantos pidiendo justicia. Otras familias de víctimas de la represión policial hacían presente el rostro de sus hijos en remeras y trapos, tanto en la calle como en la sala donde se desarrollaba la audiencia.
La (in)justicia condenó al individuo y no al policía. Se negaron a aplicar el agravante de pertenecer a una fuerza de seguridad, que hubiera conducido a la prisión perpetua. Con esto pretenden ocultar esta práctica es sistemática y lamentablemente cotidiana para nuestros pibes en los barrios.El nombre de David y Javier se replica en los miles de pibes y pibas de las barriadas populares víctimas de la criminalización de la juventud, a los que el Estado, en lugar de educación, salud y trabajo, les ofrece un constante hostigamiento y abuso.
A 4 años de su asesinato, seguimos recordandolos en la lucha. Una lucha que sigue, porque siguen matando un pibe o una piba cada 25 horas con el gatillo fácil, con la tortura en lugares de detención, con desapariciones o femicidios de uniforme.
Seguiremos en la calle, organizados, con banderas y puños en alto por ellxs, por nosotrxs.
David y Javier ¡Presentes!
Basta de gatillo fácil
Con unidad, organización y lucha, las calles son nuestras
CORREPI (Coordinadora contra la represion policial)
Frente Juvenil HLI (Hagamos Lo Imposible)