A la tarde noche la policía irrumpió sin dar mayor explicación que sus armas reglamentarias apuntando y gatillando hacia un merendero lleno de niños, vecinos y vecinas que hacían cola en la puerta para tener un plato de comida. Parece que hablamos de Rosario en 2001, y que fuera “Pocho” Lepratti, en lugar de nosotros, quien grita y levanta las manos para que paren. Pero no.
Fue ayer, en el merendero “Cartoneritos”, del Movimientos de Trabajadores Excluidos (MTE), en Villa Caraza, barrio de Lanús. Llegaron de malas a primeras, tiraron balas de goma y gas pimienta, rompieron todo a su alrededor y dejaron una decena de heridos. No dijeron ni explicaron nada, pero se llevaron a dos jóvenes detenidos, que tuvieron durante horas desaparecidos. Recién cuando el número y la solidaridad se hicieron grandes, y las organizaciones rodeamos la comisaría, se informó su paradero. Horas después, no sin antes golpearlos rato, fueron liberados, durante la madrugada.
Puede parecer una de cowboys. Pero no. Pasó ayer. Y no solo ayer. Pasa muy seguido, en todos los barrios populares del país. Y así estamos…
Aunque hagan como que no pasó nada, y busquen tapar lo sucedido con otras noticias, hay que decirlo: el gobierno nacional, la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y su secretario de Seguridad, Diego Kravetz, son responsables.
¡¿Y ahora qué van a decir?!