En la madrugada de hoy, la coalición Cambiemos consiguió la media sanción para la ley de presupuesto que consolida su modelo de hambre y saqueo. El proyecto, que contó el apoyo del bloque peronista a la hora de la votación, fue diseñado para cumplir los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, con los sectores concentrados de la economía (petroleras, agroindustria, mercado financiero) como los mayores beneficiados.
El proyecto de presupuesto afecta a las jubilaciones y pensiones que acarrean una merma sustancial de alrededor del 17% desde la reforma previsional sancionada a fuerza de palos, balas y gases en diciembre pasado. Por el lado de Salud, los programas de prevención de enfermedades y el financiamiento de instituciones como el Hospital Posadas también recibirán un tijeretazo, al tiempo que para Educación se incluyen recortes en infraestrutura escolar, formación docente, becas y universidades nacionales. En contrapartida, el pago de intereses de deuda se incrementará al 18% del total del presupuesto.
Todo esto, claro está, con un aumento de partidas para las carteras de Seguridad y Defensa para el próximo año.
Todo esto ocurre el mismo año en el que los principales indicadores económicos, están a la baja. Los efectos de la recesión golpea, con más crudeza, a los sectores de la clase trabajadora, con multiplicación de despidos y suspensiones, tanto en el sector público y privado, y una inflación anual del 44 % apuntalada por la megadevaluación iniciada en abril.
El ajuste no cierra sin represión
La represión comenzó después de las dos de la tarde del día de ayer. Los gases “Made in USA” acompañaron al habitual repertorio de camiones hidrantes, motos y balas de gomas que desplegó la Policía de la Ciudad a lo largo del macrocentro porteño contra los miles que se hicieron lugar entre los múltiples vallados que cercaban el Congreso de la Nación. A metros del edificio, legisladores y dirigentes políticos también fueron atacados con gases cuando denunciaban el despliegue represivo.
Solo basta repasar la lista de lxs detenidxs y heridxs, para dar cuenta de la confluencia de organizaciones de trabajadores, sindicatos y movimientos populares que se hicieron presentes ante éste nuevo ataque del gobierno de Cambiemos. Militantes y trabajadores del Astillero Río Santiago, SUTEBA Ensenada, ATE, La Poderosa, entre otros, fueron apresadxs a varias cuadras de las inmediaciones del Congreso.
Pero en la mencionada lista también cabe señalar la arbitrariedad propia de las detenciones, con personas ajenas a la marcha que fueron golpeadas y levantadas a decenas de cuadras del lugar y bajo los mismos cargos que quienes participaban de la protesta.
La detención de Nacho Levy, referente de La Garganta Poderosa, resulta paradigmática. El mismo fue arrestado junto a un compañero, a más de 15 cuadras del Congreso. Los vídeos que lograron captar lo ocurrido, muestran con claridad cómo la Policía les plantaba un barrote, para una eventual justificación y armado de una causa.
Al caer la jornada, cientos de manifestantes nos hicimos presentes en la ex comisaría N º 43, de la Comuna 10 para exigir la liberación de los detenidxs. Allí se presentaron distintxs abogadxs, referentes políticos y organizaciones de Derechos Humanos , entre ellxs nuestrxs compañerxs María del Carmen Verdú e Ismael Jalil, para asistir a lxs detenidxs y exigir su libertad. Gracias a la presión popular, fuera y dentro de la Comisaría, se ordenó la soltura de todxs lxs detenidxs en las primeras horas de la madrugada del jueves.
Por su parte, con todas las personas detenidas ya libres, cabe denunciar y repudiar las expresiones tanto desde el Gobierno Nacional con el Ministro del Interior Rogelio Frigerio y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich como voceros, como así también del senador y jefe del interbloque Argentina Federal Miguel Ángel Pichetto,
que refieren a las nacionalidades de las personas detenidas y la solicitud expresa de su deportación por los hechos que se les endilgan, en el marco arbitrario de las detenciones. A lo lejos, se observan los hilos de una burda operación mediática, preparada para amedrentar a lxs luchadorxs sociales.
La jornada de lucha nos deja claro que el macrismo busca imponer un programa de hambre anclado en un presupuesto de miseria, mientras consagra la entrega de recursos estratégicos de nuestro país, con medidas que solo favorecen a los especuladores y exportadores. Ello sólo puede consagrarse con el disciplinamiento a la clase trabajadora. Pero demostramos que, una vez más, que la lucha está en las calles.
