El 15 de julio de 2017 nos llegó la noticia del fusilamiento de Cristian “Paragüita” Toledo. Vivía en el barrio 21-24 y tenia 25 años. Esa madrugada, cuando volvía a su casa en auto junto con dos amigos, se cruzaron con Adrián Gustavo Otero, bombero de la Policía de la Ciudad. Tras una discusión de tránsito, persiguió a los pibes disparando con su arma reglamentaria. Uno de esos tiros mató a Paragüita. Sus dos amigos lograron sobrevivir, a pesar de que el policía les disparó apuntando a ambos a la cabeza.
Otero fue procesado, a los pocos meses, por homicidio calificado por su condición de policía por el fusilamiento de Cristhian. Y también por la tentativa de homicidio de los otros dos pibes.
Esta semana, en plena feria judicial, nos llegó la notificación de la elevación a juicio de la causa. Esto significa que en febrero se sorteará el Tribunal Oral que intervendrá por el cual se llevará al primer Policía de la Ciudad juzgado por gatillo fácil, Adrián Gustavo Otero, al banquillo. Entre tantas malas, el juez denegó la excarcelación y el fiscal acompañó nuestra acusación por homicidio calificado.
Para su madre, para sus amigxs y para nosotrxs, Paragüita no era un pibe más, al igual que los 5.462 casos de personas asesinadas por el aparato represivo estatal desde la vuelta de la democracia. Si pensamos específicamente en el accionar de la Policía de la Ciudad, podemos decir que en apenas once meses, desde su creación el 1° de enero de 2017, esta mega fuerza tiene en su haber 24 fusilamientos por gatillo fácil.
Desde el primer momento acompañamos en el proceso judicial a su madre, a su hermano y a sus amigxs. En medio del dolor y la rabia de haberlo perdido, pero con la fortaleza de sabernos juntxs en la lucha para que el responsable de apretar el gatillo esa madrugada no quede impune y para que el caso de Cristhian no quede en el olvido sino que se convierta en grito de todxs lxs pibxs que las fuerzas matan en nuestros barrios.
Un paso enorme en la lucha por justicia por Cristhian, es muy representativo que en forma relativamente rápida, conociendo los tiempos judiciales, hayamos logrado esta elevación a juicio oral. Y esto se debe a la lucha incansable que estamos llevando adelante junto a sus familiares y amigxs.
Paragüita vive en la memoria de su familia, de sus amigxs, de su barrio y en el grito de todxs lxs que decimos ¡Basta de gatillo fácil!
Seguimos en la lucha, con unidad y organización para conseguir la perpetua.