Hoy, a las 13:00, el Tribunal Oral N° 3 de Quilmes (Yrigoyen 475), dará a conocer su veredicto en el juicio contra el policía bonaerense Daniel Eduardo Prieto, por el asesinato de Kevin Amarilla.
Kevin, de 15 años, vivía en el barrio Villa Los Álamos (Quilmes). La noche del 29 de octubre de 2016 recibió cuatro disparos del arma reglamentaria del policía, por la espalda.
En la audiencia del miércoles pasado, se vio una vez más cómo funcionan los dispositivos con los que el Estado brinda impunidad a sus verdugos. Tanto los testigos de la fiscalía como los de la defensa se centraron en reforzar la versión del enfrentamiento, en una llana defensa de la propiedad privada por sobre el derecho a la vida. Les respondió con contundencia Sandra Amarilla, mamá de Kevin: “Prieto se podía manejar de otra forma, hay protocolos que no se aplicaron. Kevin tenia derecho a otra oportunidad”.
La oportunidad rozó el oportunismo con los alegatos. Como muestra burda de complicidad con el aparato represivo estatal, la fiscalía pidió una irrisoria condena a 3 años en suspenso más 5 de inhabilitación para portación de armas de fuego, por homicidio en exceso de la legítima defensa. Cuatro tiros por la espalda de un pibe de 15 años, apenas un “exceso”.
La defensa de Prieto, entre persignaciones y pleitesías al Tribunal, dio clase de sentido común en épocas de Doctrina Chocobar. Pidió la absolución con apelaciones a lo emocional (“siempre los insultos son para el policía”) para legitimar un fusilamiento. Mención especial para el segundo abogado defensor, que puso en cuestión el proceso penal de acuerdo a su interpretación del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires. Según él, la plena intervención de lxs familiares de las víctimas como particulares damnificadxs es una “mala interpretación” del Código.
La familia de Kevin, junto a CORREPI, no titubeó un segundo para sostener la denuncia y exigir perpetua para Prieto, por homicidio agravado por el hecho de ser miembro de una fuerza represiva.
Lejos de confiar en esa “justicia”, confiamos en nuestras fuerzas para construir colectivamente nuestra propia justicia.
Dentro del tribunal y en las calles estaremos exigiendo la condena al represor y justicia por Kevin y todxs lxs pibes fusilados por el aparato represivo estatal en democracia.
¡Por Kevin y todxs lxs pibxs!
¡Juicio y castigo a los asesinos!
¡Basta de gatillo fácil!