El acto de lanzamiento del Operativo Sol 2020 tuvo como protagonistas a dos viejos conocidos, el flamante ministro de Seguridad bonaerense, coronel retirado Sergio Berni, y el nuevo intendente de Mar del Plata, el ex fiscal federal Guillermo Montenegro. Ambos comparten miradas semejantes en materia represiva, como quedó demostrado en la práctica, incluso antes de que coincidieran, entre 2012 y 2015, cuando ocupaban, respectivamente, la Secretaría de Seguridad de Nación y el Ministerio de Seguridad y Justicia de CABA. En diciembre de 2010, durante la toma por 1.500 familias sin techo de los terrenos del Parque Indoamericano, Berni, entonces funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, fue el interlocutor designado por el gobierno nacional, y coordinó la intervención de Gendarmería Nacional en el operativo conjunto con la Policía Metropolitana, que dependía de Montenegro.
En este reencuentro con sus actuales cargos, Berni aprovechó el acto para reiterar ante la prensa sus ya conocidas posiciones en materia de política represiva. “La doctrina Chocobar ha sido una doctrina ensayada entre gallos y medianoche por la ministra Bullrich, que claramente no ha tenido ningún efecto porque no se ha utilizado. Ningún policía durante la gestión de Macri ha llevado adelante la doctrina Chocobar”, sostuvo el ministro.
Como en febrero de 2018, cuando descaradamente afirmó que tenía “fuerza moral” para defender la conducta del policía bonaerense Luis Chocobar porque fue “el primer secretario de Seguridad de la historia que no tuvo un sólo caso de gatillo fácil”, Berni miente.
Es tan descarada la mentira, que las propias notas de prensa que citan su declaración inmediatamente mencionan los datos de personas asesinadas por el aparato represivo estatal registrados en el Archivo de Casos de CORREPI, que muestran el incremento exponencial de todas las modalidades, y en particular de los fusilamientos de gatillo fácil, al calor del aplauso cerrado con el que Macri y Bullrich saludaron a su “héroe” en Casa Rosada. No es casual que la voz del ministro de Seguridad bonaerense haya sido de las que más fuerte se alzaron contra la derogación, por parte de su par nacional, la ministra Sabina Frederic, de cinco resoluciones dictadas durante la gestión de Patricia Bullrich, con la 956/2019, la que convertía en protocolo de actuación la doctrina Chocobar, a la cabeza.
Pero no sólo de defender al policía que irá a juicio a principios de 2020 habló Berni en Mar del Plata. También se manifestó a favor de los operativos de saturación de fuerzas federales en los barrios. El cese de la intervención de Gendarmería, Prefectura y otras fuerzas federales en el patrullaje urbano, con su correlato de sistemático hostigamiento, detenciones arbitrarias y, desde luego, más gatillo fácil, es otro de los puntos incluidos en el programa de emergencia en materia represiva que CORREPI viene exigiendo con todos los medios a su alcance.
Lo dijimos en Plaza de Mayo el 13 de diciembre: El pueblo trabajador argentino quiere terminar con el hambre y la miseria tanto como con la represión. No es con Berni y Montenegro que avanzaremos en ese camino.
Seguimos exigiendo:
• Cumplimiento de la sentencia de la Corte IDH en el Caso Bulacio vs. Argentina, del 18/09/2003, que ordenó la derogación de todas las facultades normadas y la eliminación de todas las prácticas no normadas de las FFSS para detener personas fuera de las hipótesis constitucionales y de los convenios internacionales de orden judicial previa o delito flagrante.
• Retiro inmediato de la agenda del Congreso Nacional del proyecto de reforma del Código Penal, que incrementa la criminalización de la pobreza y la protesta y consagra la impunidad de los represores, y del proyecto de reforma del Régimen Penal Juvenil que contempla la baja de edad de punibilidad de niñas, niños y adolescentes.
• Derogación de las reformas regresivas que se llevaron adelante en estos casi cuatro años en toda la legislación represiva nacional, de las provincias y de la Ciudad, y de las incorporadas al Código Penal por las leyes antiterroristas entre 2004 y 2010.
• Cese de la militarización de los barrios populares, con presencia masiva de fuerzas federales y locales, con su correlato de hostigamiento, detenciones arbitrarias y muertes por gatillo fácil.
• Derogación del Programa Restituir. Vigencia efectiva de las normas que imponen la separación provisoria del servicio activo de los integrantes de las fuerzas sometidos a procesos penales, y la inhabilitación para la reincorporación a cualquier fuerza en caso de condena.
• Fin de la provisión por parte del estado de defensa penal gratuita y calificada a policías, gendarmes, prefectos y servicios penitenciarios a través de las direcciones jurídicas de los ministerios de Seguridad, a costa de quienes, en casos similares, debemos optar entre la defensa oficial o pagar un abogado particular.
• Fin de los programas de reconocimiento facial que provocan identificaciones erróneas a diario.
• Cese inmediato del permanente y sistemático hostigamiento a las personas que se ven obligadas a sobrevivir con tareas precarias en la vía pública, como la venta ambulante, el arte callejero o servicios como el cuidado de autos, limpieza de parabrisas, etc.
• Derogación del Decreto 489/2019 que creó el RePet (Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de terrorismo y su financiamiento).
• Anulación del DNU 70/2017 que habilita la deportación exprés de migrantes.
• Prohibición total del uso de las picanas Taser.
• Eliminación de los protocolos de lógica bélica para la actuación de las fuerzas ante movilizaciones y manifestaciones.
• Eliminación de los “Comandos Unificados” para la intervención conjunta de fuerzas federales y provinciales en las provincias y la Ciudad.
• Fin de la reestructuración de comisarías y alcaidías de la Policía de la Ciudad, que dilata entre 8 y 10 horas que los organismos de DDHH, las organizaciones antirrepresivas y hasta la Defensoría Oficial de la Justicia de la Ciudad y defensas particulares puedan confirmar una detención y ubicar a la persona arrestada para asistirla.