El jueves 20, desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia hacemos la ronda en la Plaza de Mayo, la Plaza de las Madres. Lo hacemos para repudiar toda desaparición forzada. Porque desaparición forzada significa que, gobierne quien gobierne, el Estado es responsable. Como pasó con Luis Espinoza en Tucumán. Con Franco Martínez en Lomas. Con Facundo Astudillo Castro en Bahía Blanca.
Días atrás apareció un cuerpo sin vida en una ría de Villarino, en un lugar ya rastrillado. Un esqueleto, menudo, sin brazos, boca abajo, plantado. Y cerca, una zapatilla de Facundo, llamativamente limpia, como si fuera un mensaje mafioso. No sabemos si es su cuerpo o no. Sea como sea, la causa de muerte y la identificación deben ser urgentes. ¡Urgentes! Porque no hay ningún derecho que tras 110 días de desaparición forzada, la autopsia y la prueba de ADN se dilaten con excusas burocráticas de cuarta. ¡Basta de prolongar el dolor y la incertidumbre! ¡Exigimos la identificación inmediata del cuerpo! Porque el primer derecho de su mamá Cristina y de sus hermanos, o el derecho de esa otra familia que perdió a un ser querido, y también el derecho de toda la sociedad, es conocer la verdad, toda la verdad.
A ocultar esa verdad se dedicó el ministro bonaerense de Seguridad, Sergio Berni. El mismo que le dijo a Cristina que Facundo estaba vivo y que lo iban a encontrar, pero que ahora dice que ella miente. Berni, el que amenaza al abogado Leandro Aparicio. Berni, el que desde el minuto uno encubre a la Bonaerense a su mando. Esa “maldita policía” corrupta y represiva que desapareció a Facundo. Esa policía que borra pruebas y que amenazó al ex cuñado de Facundo para que diga que lo vio en Bahía Blanca. Así como ante la desaparición forzada de Santiago Maldonado Patricia Bullrich dijo que no iba “a tirar a ningún gendarme por la ventana”, ahora Berni dice que “en la justicia no hay ningún elemento para culpar a la policía”.
Ex carapintada, infiltrado en la huelga de Río Turbio; represor de obreros, choferes en lucha y vecinos sin techo; paladín de la mano dura y de la justicia por mano propia, Rambo que se pavonea ametralladora en mano, candidato a no se sabe qué, Berni no debe seguir ni un minuto más al frente de la mayor fuerza armada del país. Como lo reclama la mamá de Facundo y como lo reclaman amplios sectores sociales incluso afines al gobierno nacional, ante la Casa de la Provincia de Buenos Aires exigimos ¡fuera Berni! Y lo decimos bien claro: ¡Fuera Berni!
Y en este punto la responsabilidad política es del gobernador Axel Kicillof, que lo designó y lo sostiene en ese cargo. Tampoco es ajeno a esto el presidente Alberto Fernández. Por un lado, tiene responsabilidad porque cada elogio del poder político a las fuerzas armadas, de seguridad y a la policía, alienta por abajo más autoritarismo, más abusos y más gatillo fácil. Y también es responsable porque la desaparición forzada de Facundo ocurrió en este país, es un delito federal y Fernández nada efectivo dice, y nada efectivo hace, para que haya verdad y justicia.
Por otra parte, el caso de Facundo se enmarca en los 92 asesinatos que han cometido las fuerzas de seguridad en todo el país desde que empezó la cuarentena.
Con distintos protagonistas y discursos, el trípode de construcción de impunidad del Estado se repite. La primera pata es alguna fuerza represiva, que viola los derechos humanos, con costo en vidas, en general jóvenes. La segunda pata es la justicia, que deja libres a los policías que deberían estar presos, como hace la jueza María Gabriela Marrón, y que obstaculiza la investigación, como hace el fiscal Santiago Martínez y por eso reclamamos que se lo aparte de la causa. Y la tercera pata de la impunidad es el poder político, que primero habilita el accionar represivo y luego encubre a sus autores, a lo sumo con alguna purga policial de ocasión. A todo ese andamiaje de muerte y mentira, desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia le decimos Nunca Más. ¡Nunca Más!