El 13 de junio de 2019, Gabriel Álvarez fue fusilado por el agente de la Policía de
la Ciudad Leonardo Ariel Rivera, en el barrio de Villa Fiorito.
Como siempre sucede en estos casos, el policía Rivera argumenta haberse. defendido de una agresión armada por parte de Gabriel y su compañero, que fue herido.
Sin embargo, las únicas balas y la única arma encontradas en el lugar fueron las
del policía Rivera, lo que demuestra la lógica policía de disparar primero y. justificar los disparos después.
Como detallan muchos vecinos, conocidos de Gabriel, jamás se lo vio con armas en el barrio.
Gabriel murió víctima de un disparo en su espalda, que lesionó su pulmón izquierdo y el corazón, y otro en su antebrazo derecho.
Gabriel murió víctima de una policía que, como única respuesta frente a los pibes y pibas de nuestros barrios, tiene balas, tortura y represión.
La investigación se encuentra bajo la dirección de la UFI 7 y la supervisión del Juzgado de Garantías 3, todo del Depto. Judicial de Lomas de Zamora.
La defensa de Rivera, imputado por lesiones y homicidio simple, está a cargo de Raúl Alberto Alcalde, que por años fue integrante de la Dirección de Asuntos. Penales del Ministerio de Seguridad de la Nación y ahora sigue defendiendo
policías para el Gobierno de la Ciudad. No es la primera vez que nos enfrentamos
a él en un expediente (defendió, por ejemplo, a los SPF que torturaron y mataron al hijo de Delia Garcilazo, juicio en el año 2000). Además de ser parte de la
Asesoría Legal de la Policía de la Ciudad, es profesor de la materia “Policía Orientada a Problemas: Legítima Defensa” en los Cursos de Ascenso para
Personal con Estado Policial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Todo esto demuestra no solo la instrucción policial para actuar de la forma en que lo hace, sino la contención institucional que reviste esa instrucción.
Desde el asesinato de Gabriel, su mamá, Elsa Noemí Cabrera, con dolor y ansias
de justicia, decidió organizarse y luchar para que la voz de hijo no sea olvidada.
Así lo recuerda “Gaby, era un chico muy divertido que le gustaba mucho ir a
bailar, la música era su pasión. Era muy amiguero, muy comprensivo. ¡Uh, si me
pongo a pensar todo lo que era, no termino más! . Era muy mamero, un día me dijo : -Voy y vuelvo vieja! Y no volvió más porque un policía le arrebató la vida.
Nadie tenía derecho a sacársela. A un año de su partida todavía lo espero como
el primer día”
Como bien sabemos desde CORREPI, el asesinato de gatillo fácil no es hecho aislado. Son innumerables las denuncias que nos llegan sobre hostigamiento, persecución y asesinatos por parte del brazo armado del estado, que se incrementan y profundizan dentro de las barriadas populares, donde el estado intenta disciplinar a los pibxs mediante políticas represivas, como si las políticas de hambre no fueran suficiente.
Sabemos que la respuesta no es judicial, sino de organización. No confiamos en
las dádivas del sistema, que nos otorga a cuentagotas pequeñas dosis de lo que denomina “justicia”, y solo cuando las arrancamos con la lucha.
Sabemos que una mamá ya no va a volver a ver a su hijo, y la lucha tiene que ser para que ninguna otra mamá tenga que volver a pasar por esa situación.
Desde CORREPI, seguimos peleando y organizándonxs para que no se naturalice la represión, y que la vida de nuestros pibes y nuestras pibas no dependa de la suerte de cruzarse o no con un policía en su camino.
¡Gabriel presente!
¡Todxs los pibxs asesinados por el aparato represivo del estado! ¡Presente!
Gabriel Álvarez ¡Presente!
Lectura: 4 min.