El domingo 2 de Agosto, León Osmar Fernández Salgado de 16 años, llegaba caminando a juntarse con su madre en el paraje Las Golondrinas, inmediaciones de El Bolsón, Pcia. de Chubut. Tras un incidente menor en un control policial, fue perseguido por efectivos provinciales y brutalmente detenido en el lugar en dónde lo esperaba su madre. Inútiles resultaron los esfuerzos de ella y otros testigos para que lo dejen. Fue subido a un móvil, le embolsaron la cabeza,y lo golpearon arteramente en todo el trayecto.
La madre peregrinó por varias dependencias policiales hasta que pudo encontrarlo. La atención médica que recibió León, en una primera instancia fue precaria y violatoria de todos los protocolos médicos (menor de edad en comisaría, esposado, sin controles exhaustivos). Aún así, dio cuenta de las lesiones que hoy lo tienen otra vez internado y en delicado estado general. El silencio oficial, respalda y completa este accionar represivo.
La madre de León, en su denuncia, desliza haber tenido “la suerte” que no tuvieron ni los Maldonado ni los Astudillo Castro: pudo observar claramente cómo las fuerzas represivas le arrancaban violentamente a su hijo y lo subieron también violentamente al móvil. Pudo además, sin solución de continuidad, ir detrás de los uniformados captores de su hijo y desbaratar cualquier intento de agravamiento de la situación: evitar la muerte que sigue a esas torturas y la posterior desaparición del cuerpo.
Lo inhumano, degradante y cruel, es una constante en el accionar represivo. La combinación entre lo legal y lo ilegal también. La infundada detención (el chico menor de edad estaba con su madre y en el peor de los casos, con ella debió ser demorado en el sitio hasta recibir instrucciones judiciales) y las torturas a las que lo sometieron, están en el ADN de la función institucional. Se han exacerbado en esta cuarentena, a lo largo y ancho del país y a manos de fuerzas de seguridad de todas las jurisdicciones.
Es tan grave el despliegue represivo, tanta inseguridad provoca sobre los sectores más golpeados por la crisis, que le asiste razón a la mamá de León, cuando dice “La historia hubiera sido otra”, si ella no estaba allí.
BASTA DE TORTURAS
BASTA DE REPRESIÓN