Todos
los días, la policía y otras fuerzas hostigan y detienen a las pibas y pibes en
los barrios por la pinta o la cara. Estas situaciones suelen terminar en
torturas y muerte.
En los casos de gatillo fácil y los femicidios
de uniforme, lo más frecuente es se use el arma reglamentaria y fuera del
horario de servicio. Así las fuerzas matan una persona cada 20 horas.
Mientras las familias de las víctimas tienen que
pagar impuestos y tasas para poder acceder a las causas, los uniformados son
defendidos por el mismo estado.
Así la impunidad es la regla: Jueces y fiscales
toman como propia la versión policial: “hubo un enfrentamiento”, “estaba
robando”, “fue en legítima defensa”, aunque el tiro sea por la espalda.
Para terminar con esta realidad es necesaria una
transformación social profunda, pero hay un montón de medidas que es posible
tomar aquí y ahora para reducir un poco los privilegios de los uniformados y
proteger a las personas.
POR ESO, LUCHAMOS POR:
• Derogación de las facultades de las fuerzas
para hacer detenciones arbitrarias
• Prohibición de la portación y uso del arma
reglamentaria fuera de servicio
• Prohibición de dar defensa institucional a
miembros de las FFSS en causas penales
• Acceso gratuito al sistema judicial para
víctimas y familiares de víctimas de la represión
• Castigo real y efectivo a todos los responsables de hechos represivos