¿Por qué reclamamos condena efectiva para los responsables de los crímenes por gatillo fácil? Porque la regla suele ser la impunidad, una de las razones por las que se siguen cometiendo estos asesinatos de manera cotidiana.
A Luis lo mató un vigilador privado, Juan Pablo Rodríguez, contratado por el Municipio de Malvinas Argentinas.
A pesar de que Luis tenía una evidente discapacidad psicomotriz, Rodríguez argumentó que lo confundió con un ladrón cuando cruzaba por el predio que él custodiaba, por lo que le disparó cinco tiros por la espalda.
Luis era un pibe de una familia muy humilde, vendía estampitas en el tren y ese 9 de marzo de 2009 volvía de la canchita del fútbol del barrio a su casa, cuando cruzó por el predio de una granja educativa municipal para cortar camino.
Después de dos años, a pesar de todas las evidencias que probaban el fusilamiento por la espalda de un chico desarmado, los jueces dieron a Rodríguez una condena irrisoria: dos años y medio en suspenso, con lo que el asesino nunca fue preso.
Contrariamente, la familia de Luis, recibió todo tipo de amenazas por haber encarado la lucha por justicia y castigo.
Hay una muerte cada 17 horas a manos de las fuerzas represivas del estado, la mayoría jóvenes y pobres. La impunidad que proveen jueces y fiscales garantiza que esto sea una práctica sistemática para disciplinar a lxs pibxs en los barrios y nadie paga por eso.
Exigimos por Luis y por todxs:
- Castigo real y efectivo a todos los responsables de hechos represivos.
- Prohibición de dar defensa institucional a miembros de las FFSS en causas penales
- Acceso gratuito al sistema judicial para víctimas y familiares de víctimas de la represión