Kevin Amarilla era un joven del barrio de Ezpeleta, Quilmes, que fue fusilado por la policía bonaerense la noche del 29 de octubre de 2016, hace seis años. Tenía 15 años.
El oficial Daniel Prieto, que mató a Kevin con el arma reglamentaria, cuando estaba de civil y fuera de servicio, fue condenado a tres años de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación especial por «Homicidio calificado por ser cometido por personal de fuerza en exceso de la legítima defensa» en el año 2019.
Desde CORREPI, María del Carmen Verdú, que representó a la familia de Kevin, que había reclamado al Tribunal prisión perpetua para el imputado, ya que lo acusó de ‘homicidio agravado’ por su condición de ser policía, declaró al finalizar el juicio. “A pesar de la levedad de la pena, haber logrado en el clima y en los tiempos de la doctrina Chocobar una sentencia condenatoria para un policía de gatillo fácil es un triunfo de la lucha organizada”.
A Kevin lo mataron por portación de rostro y por ser un pibe de la villa, pero su madre Sandra Amarilla se organizó en CORREPI y no dudó en salir a las calles para dar la pelea por su hijo y por todos lxs pibes asesinadxs por las fuerzas represivas.
Desde CORREPI exigimos el cese de hostigamiento de las fuerzas de seguridad a lxs pibxs de lxs barrios y la prohibición de la portación y uso del arma reglamentaria fuera de servicio y de civil.
JUSTICIA POR KEVIN