El 23 de marzo de 2019 Federico “Pochi” Barrios fue fusilado a manos de la sargento Jacqueline Italo en el barrio Ezcurra, localidad de Virrey del Pino. “Pochi”, como le decían su familia y sus amigxs, iba en bicicleta a la casa de su hermano y hermana cuando se percató de que lo perseguían en una moto particular. La sargento disparó usando su arma reglamentaria, a pesar de que lxs vecinxs habían salido de sus casas gritando que se detenga y así ayudar a Federico. Pese a los gritos, Italo lo fusiló por la espalda.
Como suele pasar en la mayoría de estos casos, se intenta armar una operación donde se busca que el victimario pase a ser víctima y al contar con el respaldo de todo el aparato policial y judicial, logran que la versión policial de los hechos sea “la verdad”.
De este modo comenzó la lucha organizada de Mirta, madre de Pochi, para terminar con el encubrimiento del estado y lograr una condena para los responsables de la muerte de su hijo.
El 22 de febrero del 2022, fue citada a declarar luego de tres años de impunidad, la asesina Jaqueline Italo policía de la ciudad. Para visibilizar el caso organizamos una actividad en la fiscalía de San Justo y dar a conocer la lucha colectiva que venimos sosteniendo. Pudimos saber que la represora no declaró.
Nosotrxs seguiremos organizados en los barrios, siempre en las calles sin bajar los brazos, porque nuestra lucha no es sólo por la sentencia sino también por la conciencia.
Federico se suma a la lista de los más de 8200 pibxs asesinadxs por miembros de las fuerzas represivas del estado. Por eso son necesarias las medidas que reclamamos como parte de nuestra Agenda Antirrepresiva Urgente, como la prohibición del uso del arma reglamentaria fuera de servicio y la derogación de todo el sistema de detenciones arbitrarias, que podrían reducir el impacto de la represión, sobre todo en los barrios más humildes que es donde más se siente el hostigamiento y la estigmatización.
Por Pochi y por todxs
Exigimos castigo efectivo a los responsables
Basta de gatillo fácil