Desde el inicio de su gestión, el gobierno de Javier Milei y Patricia Bullrich, y sus aliados provinciales, vienen desplegando las fuerzas de seguridad de manera nunca antes vista frente a las protestas y reclamos de un pueblo cada vez más empobrecido por sus medidas. Este es apenas un breve resumen del saldo de esa política en poco más de un mes y medio.
En los 40 años trascurridos desde el fin de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, la represión nunca estuvo ausente, como CORREPI denunció frente a cada gestión sin silenciar un solo hecho. Pero nada –absolutamente nada- se acerca siquiera al voltaje represivo que en apenas un mes y medio de gobierno ya generó estas consecuencias:
1. Cuarenta (40) personas han muerto desde el 10/12/2023 a manos de las fuerzas de seguridad federales o locales (15 en fusilamientos de gatillo fácil, 18 en cárceles o comisarías, 3 en el marco intrafamiliar por razones económicas, 3 usando el patrullero como arma y un femicidio de uniforme).
2. Treinta y siete personas han sido privadas de su libertad en contexto de protesta o conflicto social (5 en Córdoba, 2 en Mendoza -siguen presos-, 2 en Jujuy -siguen presos-, 7 en Rosario, 21 en CABA -2 siguen presos.
3. El 31 de enero, en CABA, las fuerzas de seguridad estrenaron un nuevo gas irritante de altísima agresividad, que no sólo dificulta la respiración y afecta mucosas de ojos, nariz y boca, sino que produce quemaduras químicas en la piel. Más de un centenar de personas requirieron asistencia médica.
4. El 1° de febrero, en CABA, medio centenar de personas fueron lesionadas en la represión a la concentración en la plaza frente al Congreso (27 trabajadorxs de prensa, Matías Aufieri, abogado de DDHH, militante del CeProDH, con riesgo de perder un ojo por disparo de postas de goma a la cara y varias decenas de manifestantes).
Mientras tanto, la principal responsable de las fuerzas federales, la ministra Patricia Bullrich, trata de justificar las agresiones a la prensa argumentando que “la policía les dijo córranse, tengan cuidado, vamos a actuar frente a esta situación de desorden” y lanza acusaciones delirantes sobre situaciones que cualquiera que vea los registros audiovisuales sabe que no existieron, como planes para asaltar el Congreso o atacar a la policía.
Ya no pueden quedar dudas de que así pretenden gobernar los próximos cuatro años, meta bala, meta cárcel, mientras nos siguen empobreciendo.
Tampoco tenemos dudas de que sólo lo podemos seguir enfrentando en las calles, con unidad, organización y lucha, extremando los cuidados para protegernos de semejante avance represivo.