Hace dos semanas recibimos por parte de lxs compañerxs de la Fundación Che Pibe, de Villa Fiorito, la noticia de que otro pibe de ese barrio había sido asesinado por las fuerzas represivas del estado. Luego nos enteramos que, una vez más, estaba involucrada en el caso la comisaría 5ta de Villa Fiorito, la misma que albergó a asesinos como Isidoro Segundo Concha -torturador y asesino de Jorge “Chaco” Gonzalez-, o Ramón Peloso -también conocido como “el mataguachos”, asesino de Matías Barzola-. Así como Chaco y Matías, Rodrigo Álvarez (18) era un pibe sencillo, de barrio, que una noche salió en moto con su amigo Nicolás Jiménez (16) a encontrarse con dos amigas. En el camino, un patrullero de la policía bonaerense comenzó a seguirlos. Los pibes asustados empezaron a huir, pero el patrullero logró alcanzarlos y los atropelló. La versión policial dice que, luego de eso, fueron trasladados al Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora. Lamentablemente, Rodrigo no sobrevivió al impacto del choque. Nicolás permaneció un tiempo internado y luego, al estabilizarse, fue trasladado directamente a la comisaría, donde permaneció detenido, y recibió varios golpes por parte de los policías.
Recién a las 16 horas del día siguiente, Nicolás fue liberado. Ni la familia de Rodrigo ni la de Nicolás, fueron notificadas de lo que había pasado en ningún momento. Fue Nicolás, al instante de recuperar su libertad, quien avisó a la familia de Rodrigo que su hijo había sido asesinado. Inmediatamente los familiares de Rodrigo comenzaron a moverse, a investigar qué es lo que le había pasado a su hijo, y quién era el responsable de su muerte. El hermano de Rodrigo fue a la comisaría, donde no obtuvo respuestas. Otrxs familiares fueron al Hospital Gandulfo, donde les informan que a la madrugada habían ingresado dos chicos: uno que sobrevivió, y otro que falleció y fue trasladado a la morgue judicial. Al ir a la morgue judicial, tampoco se les permitió reconocer el cuerpo. Luego de varios días de transitar un cansador laberinto burocrático, y con el aporte de organizaciones del barrio, la familia logró ver y reconocer el cuerpo de Rodrigo.
Así como muchas familias en distintos lugares del país que no se resignan a quedarse masticando la bronca, el dolor y la impotencia de haber perdido a un ser querido en manos del aparato represivo del estado, los familiares de Rodrigo comenzaron a moverse y organizaron una movilización a la comisaría 5ta de Villa Fiorito, para denunciar su muerte. Días después de esa movilización, Alejandro, el hermano de Rodrigo, fue detenido arbitrariamente en el barrio, cerca de su casa, con la excusa de que estaba participando de una toma de terrenos. Sus familiares y vecinxs del barrio, fueron a la comisaría a preguntar por el motivo de la detención y a exigir su libertad. En seguida la policía comenzó a amenazar con que si no se iban, le iban a poner una causa aún peor de la que ya tenía. Finalmente el sábado pasado, por la tarde, Alejandro fue liberado luego de ser enviado a prestar declaración en los Tribunales de Lomas de Zamora. Esta situación es, claramente, una maniobra más de las fuerzas represivas del estado de hostigar y amedrentar a quienes luchan y se organizan contra las injusticias de este sistema basado en la desigualdad. Pero no van a lograr acallar nuestras voces, por más de que lo intenten, seguiremos organizándonos y saliendo a las calles para pedir justicia por Rodrigo y por todxs lxs pibxs que asesina el aparato represivo del estado
RODRIGO ÁLVAREZ, ¡PRESENTE!
BASTA DE CRIMINALIZAR A LXS QUE LUCHAN
CONTRA LA REPRESIÓN, ¡ORGANIZACIÓN, UNIDAD Y LUCHA!