Víctor Damián Ávila y Christian Núñez fueron fusilados por la espalda en la madrugada del 7 de noviembre de 2014 en la esquina de Granaderos y Fray Luis de León, en el barrio Alem (Cuartel V, Moreno). Quien disparó, fue el prefecto Raúl Bonifacio Guerrero, al que llevaremos como resultado de la lucha, el próximo año a juicio en los Tribunales de Mercedes.
Chino y Marote, tenían 25 y 21 años, el rango de edades que representa más de la mitad de las más de 6.600 víctimas del aparato represivo estatal en democracia.
Durante cinco años de perseverante lucha, la causa fue mutando, como lo fueron haciendo los personajes del aparato judicial que intervinieron en la investigación. Más que con la defensa del prefecto, tuvimos que confrontar con la fiscal María Gabriela Urrutia, conocida colaboracionista del armado de causas y perpetuadora de la impunidad en causas de gatillo fácil, que se negó a investigar el doble homicidio y dos veces decretó el archivo de la causa. Después de varias apelaciones y una denuncia ante la Fiscalía General, logramos el cambio de fiscal y una demorada indagatoria, en abril del año pasado.
Ese día, por primera vez pudimos ponerle rostro al asesino, que intentó pasar inadvertido, vistiendo cínicamente un conjunto deportivo y una visera, como si fuera un pibe de barrio. Luego vino la gran noticia, con la elevación de la causa a juicio oral, matizada por la tibia acusación fiscal de “homicidio con exceso en la legítima defensa”, a tono con la doctrina Chocobar. También, como suele suceder en los casos de gatillo fácil, el prefecto no estuvo preso ni un solo día y sigue en funciones. Pero así y todo, el año que viene estará sentado en el banquillo de los acusados, ante el Tribunal Oral nº 3 de Mercedes, resultado de la lucha en las calles.
Una vez más, Mercedes nos verá movilizadxs junto a las familias de los chicos, sus amigxs y las organizaciones de Cuartel V, mostrando que sólo la lucha organizada y consecuente puede torcer el rumbo de la legitimación y legalización del gatillo fácil. Legado nefasto de un gobierno saliente que por cuatro años se dedicó a asesinar a la juventud de los barrios populares.