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Un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación anunció ayer que la ministra Sabina Frederic recibió a su par de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni. El escueto texto destaca un acuerdo central, la creación de un “Comando Unificado para coordinar y organizar las tareas de las fuerzas de seguridad federales en el territorio provincial”, experiencia que, cita, “fue implementada en la provincia de Santa Fe con óptimos resultados”.

El mecanismo de “comando unificado” o “comando conjunto”, lejos de ser una novedad sólo ensayada en Santa Fe, tiene varios y nunca felices antecedentes. El 25 de abril de 2018, el entonces gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y la ministra de Seguridad macrista, Patricia Bullrich, anunciaron el convenio que dio nacimiento al Comando Unificado Conjunto (CUC), a través del cual la Gendarmería Nacional y la policía provincial “optimizan” las razzias y operativos de saturación en las barriadas populares, “que tienen como fin el hostigamiento de lxs pibxs e infundir terror en los sectores más marginados de nuestra provincia”, como denunciábamos al presentar el Informe de la Situación Represiva 2018 en esa provincia (ver https://latinta.com.ar/2019/04/correpi-informe-situacion-represiva-cordoba/).

En 2017, Bullrich y el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, crearon un “comando unificado” de fuerzas federales y la policía de la Ciudad, con la excusa de garantizar la custodia de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en noviembre de 2017.

Además del 12 de diciembre, al término de la marcha que repudiaba la OMC, vimos -y padecimos- en acción esas fuerzas conjuntas en las jornadas del 14 y el 18 de diciembre de 2017. Más de 2.000 efectivos de GNA, PNA, PFA y hasta PSA – es decir, todas las fuerzas federales dependientes del ministerio de Seguridad- se desplegaron con lógica bélica junto a la Policía de la Ciudad, y causaron total de más de un centenar de detenciones y otro tanto de personas heridas, incluyendo cinco manifestantes que perdieron un ojo por los disparos a la cara el día 18.

Cuando coexistían en CABA la Policía Metropolitana y la Policía Federal, era común que actuaran de conjunto, como en la represión para el desalojo a la Sala Alberdi (marzo de 2013), o junto a Gendarmería, como en el Parque Indoamericano (diciembre de 2010), donde mataron a tres personas.

Más atrás aún en el tiempo, los operativos conjuntos de fuerzas locales y federales tienen larga historia. Gendarmería, prefectura y la policía correntina confluyeron para atacar y desalojar a lxs Autoconvocadxs correntinxs en el Puente Gral. Belgrano en diciembre de 1999, donde los gendarmes fusilaron a los jóvenes Mauro Ojeda y Francisco Escobar, y fue también multifuerza el dispositivo represivo del 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón, que nos costó el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

No sólo entre Nación y provincia de Buenos Aires se acordó sostener esta práctica de tan nefastos resultados. Hace dos días, el ministro bonaerense Berni y el vicejefe de Gobierno porteño, a cargo de de Seguridad y Justicia, anunciaron la continuidad del sistema “Anillo Digital”, con puestos en los que confluyen policía de la Provincia y de la Ciudad, y, frente a los medios, resaltaron el “trabajo en conjunto” y la “coordinación” entre las fuerzas de ambas jurisdicciones.

Así, resulta que, sin perjuicio de su diferente conducción política, se reafirma la decisión firme de los tres gobiernos, nacional, el provincial y de CABA, de que sus respectivas fuerzas sigan actuando actuar coordinadamente y de conjunto, no sólo en el patrullaje urbano, sino en su intervención en situaciones de manifestación o movilización. Y ningún
punto más neurálgico hay, para la expresión popular organizada, que las autopistas, puentes y accesos a la ciudad, que quedan así bajo el control común de las tres jurisdicciones.

No es menor recordar que, apenas concluida su visita al Ministerio de Seguridad de la Nación, Sergio Berni se trasladó al Ministerio de Producción de Buenos Aires, para dirigir personalmente al Cuerpo de Infantería de la Policía de la Provincia frente a lxs trabajadorxs de Kimberly Clark, que se habían movilizado para solicitar una reunión con el gobernador Axel Kicillof, debido a la grave situación que vienen atravesando.

La respuesta del gobierno provincial a un reclamo más que urgente de la clase trabajadora fue, una vez más, mandar a la policía a “poner orden”.

Por eso, insistimos en uno de los puntos principales de la agenda urgente que venimos planteando frente a la situación represiva: La eliminación de los “Comandos Unificados” para la intervención conjunta de fuerzas federales y provinciales en las provincias y la Ciudad.

Los comandos unificados de fuerzas federales y locales nunca han sido buena noticia para el pueblo trabajador, y siempre han tenido como objetivo directo la militarización de los barrios y la represión al conflicto y la protesta social.

Seguiremos en las calles, contra la represión.

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