La Fiscalía de Cámara de San Martín ordenó reabrir la causa contra el gendarme Antonio Enrique Eliezer Acosta, que hace dos años fusiló por la espalda a Cristian “Coqui” Montecinos y su amigo David Florentín. También aceptó nuestro reclamo de apartar a la fiscal Karina Carbonella de la instrucción y ordenó instruirle un sumario administrativo por las faltas que cometió en el proceso.
El 25 de marzo pasado, cuando se cumplía el segundo aniversario del asesinato de Coqui y David, nos enteramos que, meses atrás, en absoluto silencio, sin notificarnos ni cumplir otros requisitos legales, y aprovechando la imposibilidad de compulsar presencialmente los expedientes por la emergencia sanitaria, la titular de la UFI 20 descentralizada de Malvinas Argentinas, Karina Carbonella, había dispuesto el archivo de la causa seguida al gendarme Antonio Eliezer Acosta.
De inmediato recurrimos a la Fiscalía General del departamento judicial de San Martín, a la vez que realizamos una campaña de denuncia pública de lo sucedido, con el reclamo de la reapertura de la investigación y el apartamiento de la fiscal.
El 19 de abril, el fiscal de Cámaras Marcelo Lapargo aceptó nuestro planteo y revocó el archivo por prematuro, ya que hay numerosas medidas de prueba que pedimos y la fiscal Carbonella se negó a producir. Además, confirmó que la funcionaria incurrió en graves faltas, como no recibir declaración indagatoria al gendarme imputado, sino escucharlo como simple testigo; no notificar a la particular damnificada su resolución, ni permitirnos el acceso remoto al expediente e incumplir la normativa específica para las causas que involucran personal de fuerzas de seguridad, como la Res. 1390 de la Procuración General de la Corte. Por todo eso, ordenó que la causa siga tramitando ante otra fiscalía, y que se forme un sumario administrativo contra la fiscal por las faltas cometidas.
Con la compañera Mariana Vergara, mamá de Coqui, a la cabeza de la pelea, y la combinación de la tarea técnica y la campaña de denuncia pública, logramos evitar que se consagrara un nuevo hecho de impunidad a favor de un miembro de una fuerza represiva.
Como dijimos en nuestro recurso, no se trata de que haya funcionarios judiciales que ignoran la ley o desconocen el procedimiento, sino de la decisión de aceptar a libro cerrado la versión del represor y descartar sin el menor análisis crítico todo lo que la cuestione, por evidente que sea.
Hoy celebramos que la lucha dio sus frutos y evitamos el cierre de la causa. Ahora vamos a fondo para probar que el gendarme disparó por la espalda a dos chicos que intentaban escapar, y para exigir justicia para Coqui y David.
¡Cárcel para el gendarme Antonio Elezer Acosta!
¡Basta de gatillo fácil!
¡Basta de impunidad!