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Se cumplen 19 años de la tortura seguida de muerte de Jorge “Chaco” González, en manos de los policías Isidoro Segundo Concha y Ramón Quevedo, de la comisaría 5ta de Fiorito, Lomas de Zamora. Historias como la suya continúan siendo moneda corriente en los barrios populares a lo largo y ancho del país, y es la prueba irrefutable de que es preciso eliminar todas las facultades que permiten a la policía detener arbitrariamente. Porque, como lo demuestran los datos de nuestro archivo, las detenciones arbitrarias son la puerta de entrada a las torturas y muertes en cárceles, comisarías y lugares de detención. 

El 14 de diciembre de 2002, Chaco fue detenido en la calle bajo la excusa de “averiguación de antecedentes”. Los policías lo redujeron violentamente, lo esposaron y lo subieron a un patrullero. Luego en la comisaría fue brutalmente golpeado y torturado. 

En ese momento, la mamá de “Chaco”, Ramona Núñez, recibió un llamado de la comisaría en el que le decían que su hijo estaba detenido allí. Al llegar al lugar,  el subcomisario Julio Gómez le exigió que le entregara $2000, o iban a armarle una causa por “robo calificado”. Con todo el esfuerzo y ayuda de sus familiares, Ramona logró juntar esa cantidad de plata y Chaco fue liberado. Sin embargo, la brutal golpiza y las torturas que recibió, sumadas al hecho que Jorge padecía VIH y tuberculosis, agravaron profundamente su estado de salud. Durante 24 días fue pasando por diferentes hospitales, mientras que sus familiares recibían extorsiones y amenazas por parte de los policías de la 5ta de Fiorito, para que abandonaran la investigación. Finalmente Chaco falleció el 7 de enero de 2003.

Desde un primer momento, Ramona se organizó en CORREPI y comenzó una incansable búsqueda de justicia para llevar al banquillo de los acusados a Concha y Quevedo. Finalmente, en el año 2007, el Tribunal Oral n°7 de Lomas de Zamora le dió a los policías una magra condena de cuatro años, desconociendo por completo la acusación de torturas seguida de muerte que presentamos desde CORREPI junto con lxs familiares de Chaco.

Solo unos meses después del fallecimiento de Chaco, en Septiembre de 2003, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, emitió una sentencia por otro caso de tortura seguida de muerte que se había producido en 1991, el asesinato de Walter Bulacio, en la que se ordenó que el estado argentino derogue las faltas y contravenciones, la averiguación de antecedentes, y toda otra facultad para detener personas por fuera de la flagrancia y la orden judicial (http://www.correpi.org/2021/a-30-anos-de-la-detencion-tortura-y-muerte-de-walter-bulacio-es-urgente-basta-de-detenciones-arbitrarias-cumplan-la-sentencia-del-caso-bulacio-ya/). Hasta el día de hoy esta sentencia no fue cumplida, y la policía continúa con las facultades para detener gente “al voleo”, lo que genera que casos como los de Walter, Chaco y tantos otrxs pibxs de las barriadas populares, se multiplican constantemente. 

Por eso hoy, a 19 años del fallecimiento de Chaco, resulta imprescindible mantener viva su memoria y la de todxs lxs pibxs asesinadxs por el aparato represivo del estado, y seguir exigiendo: 

¡BASTA DE DETENCIONES ARBITRARIAS!

¡BASTA DE TORTURAS!

¡BASTA DE MUERTES EN CÁRCELES Y COMISARÍAS!

JORGE “CHACO” GONZÁLEZ

¡PRESENTE!

AHORA Y SIEMPRE

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