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El 4 de junio de 2021, Alejandro fue detenido en la estación de tren de Villa Domínico. Se lo llevaron a la Comisaría 7ma de Avellaneda.
Tenían que liberarlo pronto porque ya se había constatado que él no tenía nada que ver con el robo de un celular en la estación, pero a la mañana siguiente, la policía informó que lo encontró ahorcado con su cinturón en el “buzón” donde lo habían dejado.

Cabe la repetida frase, “nadie se suicida en una comisaría”, y mucho menos un chico que debía salir a la mañana siguiente. Aún así, aún no hay castigo para los responsables de la comisaría esa noche.

Estar en un calabozo o comisaría es la principal causa de muerte a manos de las fuerzas represivas del estado. Es por eso que la prohibición de las facultades de la policía para detener arbitrariamente es una de las exigencias más importantes que hoy hacemos al estado para aminorar el poder de letalidad que tienen las fuerzas sobre los sectores más pobres y en especial la juventud.

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