Lectura: 7 min.

¿Qué mundo queremos para nuestrxs jóvenes? Parece una pregunta que todxs creen hacerse, pero nadie lee el entrelineas de lo que estamos viviendo; ¿Qué se esconde detrás del proyecto de ley que presenta el oficialismo y la oposición no se digna a enfrentar? ¿Por qué no hablan del peligro de que la solución a lo que pasa con nuestrxs pibxs en los barrios sea apresarlxs o fusilarlxs y no apoyarlxs y acompañarlxs? El proyecto que LEGALIZA EL GATILLO FÁCIL está siendo APROBADO sin levantar ni el más mínimo revuelo, ni de los medios, ni de las fuerzas opositoras. Mientras en el Congreso discuten si bajan la edad de imputabilidad a 13 años o a 14, nosotrxs estamos trayendo a la memoria, una vez más, a todxs nuestrxs pibxs que nos asesinó la policía, de distintas fuerzas, de distintas formas, pero siempre contra lxs jóvenes y las mujeres.El 6 de noviembre de 2021 Laura Figueroa se encontraba con su hijo de 8 años y Lucas Saavedra, su pareja. Caminando por la calle se encuentra a Ramón Mieres, ex pareja de Laura y padre del niño, quién era policía de la bonaerense y estaba en servicio. Sin ningún pudor por estar en la calle y frente a su hijo, Mieres dispara en un primer momento contra Lucas quien fallece en el acto y después contra Laura, que luchó algunas horas pero que los dos disparos en la espalda fueron más fuertes. El efectivo de la bonaerense se dio a la fuga en ese mismo momento.Víctor “el Chino” Ávila (25), junto a su amigo Christian Núñez (21) fueron fusilados por la espalda durante la madrugada del 7 de noviembre de 2014. Ocurrió luego de unas discusiones con Raúl Bonifacio Guerrero en el barrio de Cuartel V, Moreno, luego de que se dispute un superclásico. El juicio estaba programado para el año 2020 pero, producto de la pandemia por COVID-19, tuvo que ser suspendido. Como bien decimos siempre, la impunidad que gozan los policías asesinos es, en partes, gracias a la justicia burguesa, que en este caso decidió que la justicia por Chino y Marote podía aguardar hasta 2026. Si, 12 años después del asesinato de los jóvenes. Mientras tanto, María, mamá del Chino, lucha incansablemente junto a CORREPI por su hijo y por todxs lxs pibxs asesinadxs por la represión estatal.El 15 de noviembre de 2018, se produjo un incendio en el calabozo 1 de la comisaría 3° de Esteban Echeverría. Eduardo Ocampo, junto a otros internos, murió mientras intentaba apagar el fuego. Eduardo murió bajo custodia policial, como producto del hacinamiento, el abandono y la negligencia del estado y sus fuerzas.Lucas González, uno de los casos de Gatillo Fácil más visibilizados de los últimos años, tenía tan solo 17 años cuando el 17 de noviembre del 2021, mientras se encontraba saliendo de entrenar con su club Barracas Central a bordo de un auto, comenzó a ser perseguido por un vehículo sin patente ni luces que identifiquen que adentro iban tres policías de la ciudad, quienes por cierto se encontraban de civil. Los jóvenes asustados comenzaron a escapar, temiendo por su vida mientras los policías disparaban contra ellos. Una de esas balas impactó en la nuca de Lucas, quién agonizó algunas horas hasta morir. Con la excusa de que “pensaron que eran chorros”, los policías trataron de encubrir el fusilamiento del joven. “¿Así que sos de Varela, villero? Mira como mataste a tu amigo” le dijo uno de los asesinos a un amigo de Lucas que iba con él en el auto. Los tres policías fueron condenados a prisión perpetua, y otros seis oficiales a penas menores entre 4 y 8 años. El caso de Lucas no es distinto al de cientos de pibes en todo el país, incluso el titular de Clarín diciendo que eran delincuentes (el cual fue rápidamente desmentido por el club) es también algo habitual que difícilmente logramos desarticular. Sergio Bogarin, de 27 años, recibió un balazo en el tórax. Murió en el acto mientras los asesinos escaparon. Ocurrió el 18 de noviembre de 2022 en Moreno en medio de una disputa entre vecinos. La familia de Sergio, quienes conocían a los asesinos, apunta contra uno de ellos quién es policía de la bonaerense.A Pablo Fillón lo asesinó la policía Merlo por la espalda, pero la versión de siempre bastó para que archiven la causa sin investigar en lo más mínimo lo ocurrido: un intento de robo. Robo que nunca fue probado, lo único que está probado es que las balas que mataron a Pablo las ejecutó la oficial, e impactaron en su cuerpo por detrás. El 18 de noviembre de 1994 fue el primer día de 30 años de impunidad e injusticia.Alejandro Martínez, quién se encontraba de viaje en San Clemente del Tuyú, fue detenido por incidentes en el hotel donde se estaba quedando. Lo llevaron a la Comisaría 3ra del partido de La Costa, donde lo hallaron el 18 de noviembre de 2021 sin vida a causa de una asfixia mecánica y con heridas que señalaban una previa tortura. Miguel Ángel tenía 20 años cuando el 20 de noviembre de 2020 fue asesinado de un disparo en la nuca por los policías de la Ciudad Pablo Daniel Villalobo y Brian Nahuel Aguirre. El joven, junto a otros pibes, fueron perseguidos desde Mataderos hasta la localidad de Ingeniero Budge, donde el vehículo chocó y se detuvo. Para ese momento, Miguel ya había recibido el impacto del plomo policial que acabaría con su vida. Ninguno de los policías fue imputado formalmente por el fusilamiento de Roldán.Martín Fallico Gutierrez llegó a la Comisaría 8va de La Plata para entregarse por haber asesinado a Martha Susana Gutiérrez, su madre de 73 años, a quien decapitó por órdenes extraterrestres -según declaró de Fallico-. El femicidio de uniforme tuvo lugar el día 21 de noviembre de 2021 en la ciudad platense.El 24 de noviembre de 1992, Rodolfo “Fito” Ríos de 23 años, luego de 3 días de agonía, murió por la golpiza que le propinaron los integrantes del cuerpo de requisa del penal de Caseros. Fito era hijo de nuestra compañera Delia Garcilazo, pilar fundamental para la creación de una de nuestras principales herramientas de denuncia: el Archivo de personas asesinadas por el aparato represivo estatal. Los caminos de CORREPI y Delia comenzaron a cruzarse justamente hace 32 años atrás. El 21 de noviembre de 1992 más precisamente, cuando el cuerpo de requisa de la cárcel de Caseros apaleó a dos presos que se habían demorado mateando unos minutos de más en el recreo. Los golpes de bastonazos y patadas provocaron varias fracturas en el cráneo de uno de ellos: “Fito”Ríos. Por tres días, agonizó en un hospital, mientras Delia recorría despachos y oficinas para que la autorizaran a verlo. Fito murió sin que Delia pudiera despedirse. Cuando la dejaron ver el cadáver, ella le hizo una promesa, la cual recordaba cada tanto en sus intervenciones públicas en el micrófono: “Él decía que estar preso no le había quitado la libertad, porque era libre en su interior. Yo le prometí que iba a luchar contra sus asesinos hasta el último de mis días“. Recién en 1997, se logró obtener el procesamiento de los tres oficiales de la requisa: Mir, Tocayuk y Galarza. Fueron condenados, dos de ellos, a penas de tres y cuatro años. Para la justicia no hubo tortura. Y la demostración de ello se vio cuando pasaron detenidos solo quince días porque la Corte Suprema revocó la condena años más tarde.Por todxs ellxs:NO A LA LEGALIZACIÓN DEL GATILLO FÁCILNO A LA BAJA DE EDAD DE IMPUTABILIDADBASTA DE CRIMINALIZAR A NUESTRXS PIBXSTODXS LXS PIBXS ASESINADXS POR LA POLICÍA ¡PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE!

Comments

comments